Rastreo...¿y qué? 7 cosas que sabemos que vas a decir

Echando por tierra argumentos comunes acerca de los datos y la privacidad: "No tengo nada que esconder"; "¿Qué importa que la gente sepa que desayuno cereales?”; "Soy una persona entre millones de ellas”; ”¿Cómo pueden verme?”; y otros.

Last Updated: 19 Oct 2016

1. No tengo nada que esconder

El que tengas o no algo que esconder es totalmente irrelevante. La privacidad no se trata de esconderse sino de autonomía, poder y control; tu habilidad de decidir cómo quieres presentarte ante el mundo.

Teniendo en cuenta cuántos datos sobre ti están siendo recolectados constantemente, muchas veces de maneras invisibles para ti, la erosión de tu privacidad inevitablemente tiene un impacto a largo plazo - en tu trabajo o futuros trabajos; en tus redes; en cuánto terminas pagando por determinados productos; y en un abanico de aspectos.

 

2. No me importa que la gente sepa que desayuno cereales

No todas los rastros digitales son importantes y sí, a lo mejor no importa lo que desayunas.

Pero cuando miras cuidadosamente las rastros digitales que creas, encontrarás una mezcla: algunas serán banales (tu desayuno), pero otros pueden ser mucho más personales - a dónde vas, (lo cual puede indicar qué estás haciendo o con quién), o cuáles son tus preocupaciones acerca de tu salud. Piensa en qué compartes con Google sólo con las búsquedas que realizas - pueden ser cosas que ni has compartido con tu pareja o tus amigos y amigas cercanos.

La pregunta es: ¿siempre puedes distinguir entre los rastros digitales que preferiblemente deberían mantenerse privados y los que no son importantes? Lo que puede parecer banal hoy puede ser importante mañana, o a lo mejor interesante para otra persona, o puede brindar mucha más información sobre ti que lo que pensabas.

 

3. Sólo es Internet

¿Buscando trabajo o solicitando un crédito? Las empresas pueden buscarte en Google o comprar tu perfil a una agencia de datos. ¿Comprando un boleto de avión? ¿Tienes certeza de que no existe una discriminación en el precio según tus búsquedas previas? O peor aún - esa broma en Twitter que se almacenó e influencia si te dan la visa o no.

Hasta cuando te retiras de la computadora (ordenador) y teléfono y te vas de casa, una cámara CCTV registra tu cara cuando entras en el metro; tu tarjeta de transporte es fichada; y cuando llegas a tu destino, tu amigo/a te toma una foto, te etiqueta y lo publica en Twitter.

¿Aún piensas que 'sólo es Internet'? Internet te rodea y tus rastros digitales se han convertido en tu reputación.

 

4. Pero sólo soy una persona entre millones...¿Cómo pueden verme?

¿Te estás imaginando personas sentadas detrás de computadoras (ordenadores) en alguna parte, analizando rastros digitales generadas por millones y billones de personas? En realidad, son máquinas las que están haciendo el trabajo - máquinas y algoritmos especializadas en analizar grandes cantidades de datos.

Ser 'una persona entre millones' no implica que puedas 'esconderte en la multitud'; significa que cuando una máquina compara tus datos con los datos de las demás personas, es más fácil encontrar las atípicas.

 

5. Pero me dan un descuento en el seguro

Cuando vas a tu médico/a, tu comunicación está protegida. Ésto está embebido en el concepto universal de la confidencialidad paciente-médico para asegurar que puedas expresarte libremente con tu médico/a sin estar preocupado/a de posibiles repercusiones como el aumento de tu tasa de seguro.

Pero felizmente compartirías con tu empresa de seguros datos generados por un aparato deportivo que monitorea tus pasos, respiración, ritmo cardiaco y que seguramente pueda inferir posibles enfermedades crónicas y estrés - ¿todo a cambio de un pequeño descuento?

 

6. Pero me están brindando el servicio gratuitamente

No es gratis: estás pagando con tus datos.

 

7. No soy de Occidente - no me afecta

La colección de datos es un asunto global. Prestamistas en países africanos, así como en EEUU (en) se están basando en plataformas de redes sociales e historiales de teléfonos celulares (móviles) para evaluar si alguien es susceptible o no a recibir un crédito.