Cada vez que usas una tarjeta de crédito o débito para comprar un producto o servicio, ésta información es guardada por tu banco y por tu compañía de tarjetas de crédito. Tu banco por lo tanto sabrá lo que has adquirido y dónde, y hacer esta información accesible a otros, como por ejemplo a las agencias de investigación del Estado cuando éstas la soliciten.